La psicoterapia cognitiva: un camino posible

Hay días que sentimos que somos los reyes del mundo, que somos invencibles, que nada puede pararnos. Otros días sentimos que el mundo es un lugar hostil, que nada de lo que hagamos puede generar una diferencia ni podremos sentirnos alguna vez felices. Y hay días grises en los cuales, aunque sabemos que tenemos que salir, ir a trabajar, realizar nuestras actividades, nos da lo mismo que estas cosas pasen o no pasen. Después de todo, ¿no se trata de eso la vida? ¿De una combinación impredecible, cambiante, a veces turbulenta, de días mejores y días peores? Pregunta compleja de responder, con tantas opciones como personas podamos imaginar.

Ahora bien, ¿podríamos imaginar experimentar todas esas sensaciones en un solo mes, una sola semana o en un solo día? Y más aún, ¿experimentarlo sostenidamente durante meses o años? ¿Los efectos que eso tendría en nuestros cuerpos y nuestras mentes? Difícil definirlo en unas pocas palabras, aunque cuanto menos, podemos imaginar lo abrumador, desgastante, desesperanzador que pudiera llegar a resultar.

Y aunque parezca infrecuente, existe un gran número de personas que experimentan algunos de estos estados por momentos, o en forma sucesiva, o en forma alternativa. No los pueden controlar, en general les cuesta explicarlos, y la parte más difícil, intentar revertirlos o generar otros estados más acordes con lo que desearían para sus vidas y las de las personas que aprecian.

En estos casos, las personas generalmente son expertas en intentar resolver lo que les sucede, ya que después de todo, nadie quiere sufrir en la vida. Y aunque muchas veces estos intentos puedan dar respuesta, a veces no alcanzan, no sirven como se lo necesitaría, y a veces tal vez generan más problemas.

¿Qué puede aportar un psicólogo desde la psicoterapia cognitiva? Una alternativa diferente, un camino posible, a la medida del consultante. En terapia cognitiva ofrecemos un espacio de escucha activa, en el cual desde la calidez, la empatía, y un profundo respeto por la historia singular de cada uno, intentamos desde el primer momento aportar ayuda frente a las necesidades del consultante. Se realiza una conceptualización individualizada de su caso, con sus recursos, potencialidades, aspectos que componen el problema. Se trabaja desde el primer momento para que se pueda comenzar a ver la realidad desde un lugar diferente y ampliar la mirada. Se elaboran conjuntamente objetivos que guían el quehacer en terapia, hacia los cuales nos enfocamos para transitar este camino hacia el bienestar psicológico e integral del sujeto. Porque si bien consideramos que las personas experimentan estados emocionales a partir de sus pensamientos y creencias, y trabajamos siempre sobre ellas, contemplamos al consultante en su integralidad, intentando que pueda mejorar su vida en todos sus aspectos: psicológicos, físicos, sociales, familiares.

En síntesis, todos podemos tener momentos en los cuales nos preguntemos qué podemos hacer para cambiar nuestras vidas, que nos preguntemos si lo que estamos haciendo nos lleva hacia donde deseamos, si alguna vez podremos cambiar las realidades que nos aquejan. En terapia cognitiva no tenemos recetas mágicas, pero sí contamos con una serie de técnicas y estrategias científicamente válidas, con las cuales, desde el primer momento los terapeutas nos proponemos esta meta: junto a nuestros consultantes recorrer un camino alternativo, posible, en el cual el cambio sea nuestro horizonte y nuestro sentido.

Lic. Carlos Ponce.

 

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